Desde pequeña he tenido la certeza de que mi cuerpo era mi vehículo hacia la libertad. Mi profunda conexión con el cuerpo comienza desde muy temprana edad cuando a los 6 años, por pura casualidad entre a una clase de ballet. Fue amor puro: libertad, presencia, presente, conexión y vuelo.
Fue un saber que ese don siempre estuvo ahí, era mío desde siempre y me llevaría a un recorrido increíble por la vida.
Yo nací en Brasil y a los 15 años, habiendo recibido una beca, me fui a vivir a Argentina, donde me dediqué profesionalmente al Ballet Clásico, trabajando durante 15 años en el Ballet Estable del Teatro Colon en Buenos Aires, el mayor Teatro Lírico de Latino América. Fueron años de mucha dedicación y entrega, donde esa conexión corporal se incrementaba, pero desde una búsqueda de la perfección, búsqueda de la forma, la precisión.
Fueron años de disfrute, pero también de machacar al cuerpo, aprender a no sentir los dolores físicos en pro de seguir entrenando y creciendo técnica y artísticamente.
Dedos que sangraban, fatiga muscular extrema, agotamiento, nervios, competitividad. Pero en medio a toda esa exigencia, había una llamita dentro mío, un deseo de conectar con esa libertad y creatividad que yacían en mi interior, escondida entre tanta fibra automatizada por los movimientos clásicos y repetitivos.
Fue entonces que también en Argentina, decidí entrar a la Universidad (UNA) para estudiar actuación. fué un encontronazo de frente con esa formación académica que había recibido en el Ballet, la cual me daba muchas herramientas y también barreras a la hora de conectar con la Actuación y la improvisación. Tuve que derrumbar gran parte de mi identidad corporal para acceder a esa soltura y presencia que exigían la actuación. Empezaba ahí, el proceso de transformación.
En ese mismo año creé un grupo de actuación (8T) donde investigamos la relación entre Ballet, el Teatro y la Música Electrónica. En lo artístico empecé a unir mis herramientas para permitir que mi creatividad florezca
Fueron tres años de este hermoso laboratorio artístico, rodeada de artistas emergentes y talentosos, todos colaborando en este proyecto personal, que marcaría un fin de ciclo en mi trayectoria artística en Argentina. Fue así que en 2016, todo ese bagaje que adquirí en mis años artísticos, me llevó a indagar sobre la Energía que anima el cuerpo y la Conciencia que lo habita. Ese año, la Pacha Mama me convocó a España, donde me formé como profesora de Kundalini Yoga con Shiv Charam Singh, un Gran Maestro y guardión de esta poderosa Técnica. Fueron dos años de profunda inmersión en el Kundalini Yoga, lo viví con intensidad, muchísima disciplina y entrega. Ese periodo fue un auto-laboratorio para desarrollar mi Consciencia, mi ojo interno. Luego, como no podía ser diferente, me fui a la India también convocada por la Pacha, donde conocí la meditación Vipassana, la cual despertó una revolución en mi mirada hacia la meditación y el Kundalini. La Meditación Vipassana fue el canal hacia mi inconsciente, fue el primer verdadero encontronazo con mi mente, con sus mecanismos, su bagaje, su infinito y eterno poder de creación. Desde que hice mi primer retiro, he participado en mas de 7 retiros, es decir, he hecho más de 700 horas (literales) de Meditación Vipassana. Esta cuantificación de horas no tiene como objetivo sobresaltar mi capacidad meditativa, sino que intento trasmitir lo profundo que he entrado en mi mente y en mi cuerpo desde esa quietud que propone el Vipassana. La pura observación de la realidad, de la relación entre la mente y la materia, en silencio, en quietud. Mi visión y sensibilidad se habían abierto. Pero fue en 2017 cuando descubrí que a pesar de todo el camino recorrido, investigando mente y materia, me hallaba muy desconectada de mi Sexualidad. Y claro, ante ese descubrimiento, ese brutal y doloroso ¨darme cuenta¨, decidí una vez más sumergirme en un nuevo camino de autodescubrimiento; autodescubrimiento que nunca…. nunca termina. Esta vez el foco pasó a ser el conectar, es decir: sentir mi verdadera Sexualidad. Para ello, como buena ex bailarina clásica disciplinada, he estudiado con diferentes personas, siendo Anadi ( Diana Cuadrado Alonso ) mi principal referente y fuente de inspiración. De ella recibí mi primer Masaje de Sanación Sexual, el cual despertó en mi la memoria de la Inocencia del Cuerpo, su infinita capacidad de Éxtasis, su sabiduría y su memoria ancestral. A partir de esa experiencia tan marcante en mi vida, he recorrido el mundo del Tantra con Astiko, Verma Rodriguez, Xavi Domenec, Tamara Groen, Aditi Prem, Paulo Shiva, Sagari y Deva Nishok. Y paralelo a eso, me especialicé en Sexualidad Somática en el Instituto Del Cuerpo y la Sexualidad, en Madrid y Barcelona. Es un abordaje Terapeutico de la Sexualidad, que utiliza conceptos y herramientas del Tantra, el Tao y la psicoterapia Gestalt. Es volver la Cuerpo, habitar el cuerpo, Somatizar- encarnar – la Sexualidad y las emociones. Actualmente me encuentro formándome con la Doctora Maria Gabriela Santini en el Diplomado de Sexualidad Holística, un acercamiento desde la óptica Histórica, Energética, Espiritual, Física y Global que somos. Y este camino que hoy transito, me lleva a compartir con otras personas las herramientas que aportan y sirven a mi desarrollo, colaborando con el despertar colectivo que está tomando forma en estos tiempos. La Energía Sexual es la Energía de la Creación del Universo y está adentro de cada uno y una de nosotres; pura potencia, unidad, misterio….la fuente de donde todo surgió. Como no echarle luz? Como no indagar sobre esa fuerza que es tan poderosa y que ha sido tan reprimida durante nuestra historia como humanidad? Y como no compartir estas herramientas, para que todos y cada uno y una empecemos a apropiarnos de nuestra Sagrada Sexualidad?Bienvenidos y bienvenidas a esta plataforma, donde con mucho y entrega amor comparto y contagio mi actual pasión y misión en la vida: conectar con la Sabiduría del Cuerpo y la Fuerza Infinita de la Sexualidad.Lo hacemos juntes?